Blasphemous

Atención a esta obra maestra... ¡pero solo para adultos con el corazón a prueba de bombas! Un Metroidvania en 2D con elementos de Dark Souls. Un juego bonito, difícil, que te envuelve en una atmósfera realmente insalubre y asfixiante en un contexto de religión. Una delicia siniestra que dejará marcados a los que tengan el valor de lanzarse a la aventura. ¡Nos flipa!

Una auténtica joya de los juegos indie. Creado por un pequeño estudio español, que le ha puesto su toque andaluz, sucumbirás a este título con un estilo «pixel art» de una calidad casi incomparable, y morboso a más no poder. Cuerpos crucificados, montones de cadáveres, matorrales de espinas, un universo de lo más macabro.

Jugamos como el Penitente, armado con su espada «Mea Culpa» (por mi culpa). Como último superviviente de una masacre, se pone en pie tambaleándose sobre una fosa común, en la que cada cadáver es una réplica exacta de él mismo. Estamos ante un héroe atrapado en un ciclo interminable de muerte y renacimiento, encargado de deshacer la gran maldición que ha caído sobre su país, Cvstodia.

Nuestra parte favorita es esa atmósfera macabra y pesadillesca, con matices de cristianismo pícaro. Blasphemous se desarrolla en un mundo infernal a lo Goya, en una atmósfera gótica donde todo el mundo parece ser un fanático masoquista que busca su propia forma de automutilación.

A base de masacrar a tus enemigos, acumularás puntos de experiencia que te permitirán comprar nuevas habilidades, reliquias, rosarios o expiar tus pecados.

Blasphemous se presenta como un hack'n slash en 2D, combinado con la exploración de un mundo dividido en distintas secciones, enlazadas entre sí como en un Metroidvania. Por suerte para los fans del GPS, tienes un minimapa a tu disposición, que se va revelando a medida que avanzas.

Añádele a esto un toque a lo Dark Souls. Efectivamente, tendrás que anticiparte a los movimientos de las pervertidas criaturas.

Nos han encantado las fases de plataformas puras que aportan una gran dosis de desafío. Pero ten por seguro que el juego nunca resulta tan castigador o frustrante como Dark Souls, ya que puedes recuperar tu «cadáver» del lugar de todas tus muertes anteriores.

Nos ha gustado la banda sonora del juego, firmada por Carlos Viola. Composiciones melancólicas con acentos orientales que te hacen sumergirte aún más en una atmósfera del fin del mundo en la que se ha perdido toda esperanza.

Tu viaje por estos mundos oscuros y góticos está plagado de trampas. Algunas almas acudirán en tu ayuda, mientras que otras te pedirán determinados objetos para avanzar. Además, estos objetos te permitirán aprender más sobre estos diferentes personajes torturados o el uso de los objetos que vayas encontrando.

Blasphemous destaca por su dirección artística, su diseño de niveles y la variedad de los entornos y enemigos que van apareciendo. Estos últimos nunca se cruzan en tu camino por casualidad, sino para obligarte a reflexionar y, sobre todo, a avanzar con cautela.

Ayudita extra: una vez que hayas completado las «tres humillaciones» y abierto la gran puerta de la última zona del juego, pensarás que has llegado al final de tu camino. Pues olvídate, porque te asaltará un aluvión de jefes, así como algunas secciones de plataformas muy exigentes. ¡Ánimo!

El juego también está plagado de secretos, hay tantos que te llevará decenas de horas descubrirlos.

Entre el mundo blasfemo por explorar, los combates hábiles y las plataformas bien trabajadas, todo en Blasphemous encaja a la perfección para hacer de este juego una experiencia apasionante. Una obra maestra, ¡solo para adultos!